viernes, 20 de diciembre de 2013

Sabotajes pequeños

Hace calor. Mucho calor. Los días pasan. Pasan las semanas. Pasan los meses. Todavía no pasan los años. Pasan las dolencias. Pasan los pesares. Hay mañanas hermosas, frescas y francas. Hay soles que queman y abrazan. Y, también, hay soles que iluminan nitidamente retocando el brillo y el contraste del color verde de la vegetación, del color ladrillo de los techos de tejas, del gris topo de los techos de chapas, del marrón seco de los troncos de arboles, del marrón claro del río, del celeste intenso del cielo y del blanco puro de las nubes. Y volvés a sonrreir. Y empezás a encontrar que las respuestas no están afuera, que las respuestas están adentro. Y que hay días que estás en paz, y que hay días que no tanto. Y que hay días que podes vivir con eso, y que hay días que no soportás vivir con eso. Estás en equilibrio inestable, una pequeña perturbación te modifica y distorsiona TODO, así nomás, como si nada. Y sabes que depende de vos. Solo depende de vos. Y ahí, te das cuenta, que una sistemática programación de sabotajes pequeños, como si fueran cuidadosamente descuidados y casuales, no podrán con tu plan de tratar de ser feliz!!! Que podes empezar a vivir los años más felices de tu vida, si te lo propones.  

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