domingo, 11 de mayo de 2014

Running Team

Desde que comencé a correr lo hago solitariamente. Sigo pensando cuándo fue el día que comencé a correr y dudo en la fecha de corte. Quizás fue en el 2001, en México. Recuerdo que la ansiedad y angustia que tenía, por entonces, me desvelaba, y a las 5 de la mañana salía a correr por un parque que estaba pegado a la Avenida Pacífico, en Coyoacán, y llegaba hasta la Avenida División del Norte. Eran días personalmente difíciles y no estaba tan generalizado salir a correr. Alguna vez relataré algunas de esas experiencias. Curiosamente, desde hace un tiempo, tengo la sensación de estar atravesando una experiencia similar. Hasta la vista de mi departamento, en cierta forma, se parece a la vista del departamento de entonces. Sea lo que sea, empecé a correr solo. Seguí corriendo solo. Y cuando llegue a Argentina, como creo haber comentado en el primer post de este blog, seguí corriendo solo. La lectura de Murakami, aumentó mi reivindicada idea de correr sólo. Pero la semana pasada decidí hacer algo que venía meditando hace tiempo.

Cuando salgo a correr, sobre todo cuando lo hago de noche, veo mucha gente en grupo entrenando. Hay profesores, equipos de corredores (running teams) de diferentes marcas de calzados, profesor locales, vecinales y hasta se montan con colchonetas especies de gimnasios ambulantes al aire libre. La gran mayoría de las personas de esos grupos son gente de mi edad, en promedio. Así que siempre me dio curiosidad de participar en los grupos. Por otra parte, estar tanto tiempo solo no es bueno. Lo dice la Biblia incluso, en el génesis, no? (risas) [Nota al pié: Ojo! hay una campaña encabezada por LM para que deje de escribir (risas) en twitter]. Así que, decía, decidí unirme a un grupo de corredores.

Llevo 14 años corriendo y diría que al menos 8 años de esos in-interrumpidamente. Fortalecí mucho mis piernas, suelo hacer largas distancias (hasta 26 km me banco de un tirón), tengo buena respiración, pero ultimamente el fantasma vampiro de los corredores "la fascitis plantar" hizo lo suyo. Me uní en estas condiciones a un grupo muy divertido, por suerte. Hacemos un poco running (5 km, aproximadamente), desde el club hasta el puerto de olivos. Luego regresamos a un Boulevard pegado a la costa, a la vuelta de prefectura. Hacemos ejercicios en carrera para las caderas, pasadas en linea, más ejercicios, luego un rato de corridas, cuestas en velocidad, pasadas en cuestas [Nota al pié: las cuestas las hacemos en la quinta presidencial, asi que un equipo muy politológico también]. La ventaja de estar en equipo es que te permite hacer cosas que normalmente en soledad no harías, y eso es bueno. Fortalecer cierta parte de las piernas, de la musculatura, que a fuerza de hacer siempre lo mismo (correr y correr) quedan abandonadas. Pero, quizás lo más importante, es que escuchar hablar y bromear a los demás me hace bien. Sentirse en compañía! Que el entrenamiento de 2 horas y minutos sea extremadamente divertido y me haga sentir bien, es algo que ayuda también, como las sesiones de terapia de los miércoles.