domingo, 7 de abril de 2013

La Cámpora, un crítica y una defensa

Cuando escuché la discusión entre Larroque y Miceli, me identifiqué con el periodista. Me pareció bastante egoista la actitud de esa agrupación política frente a la tragedia. Luego me decía una vieja compañera, "Pero Diego! La cruz roja también se identifica, Los Boys Scout también". Calculo que con eso bastaba para justificar que una agrupación política se identificara. Si estuvieran haciendo campaña para la elección estaría más que justificado. Que sea la Franja Morada (que antiguo soy! por dios) o La Campora, sería igual y legítimo. Pero ahí es donde, si me permiten, me parece que hay una diferencia que el contexto impone. Una agrupación política tiene integrantes que trabajan para conquistar o mantener el poder, y eso es su rasgo distintivo: ocupar cargos, representar en el congreso a sus organizaciones y partidos, que en el mejor de los casos representan a grupos de la sociedad (pero sólo en el mejor de los casos y no necesariamente). Lo que los hace diferentes a los demás es esa noble o vil, según como la vea cada uno, vocación por el poder. Y es necesario que así sea. La política consiste en tomar decisiones colectivas y públicas amplias, para no matarnos unos a otros por tener ese poder, entonces, competir para tomar decisiones transitorias es lo más razonable que podemos hacer. Si no el que tiene el ejercito más poderoso ocupa el territorio y manda; y si eso es así, nuestras vidas y libertades quedan absolutamente al arbitrio de ese poder absoluto (de eso sabemos, la ultima dictadura fue lo peor de esa forma agonal de entender la política).

Que quieran ganar votos está bien, está muy bien. Que trabajen para ello, está más que bien. Ahora, quizás el contexto no era propicio para ello. Entiendo que quieran dejar en claro que eran ellos y no otros los que estaban ahí, porque seguramente es para ellos una diferencia importante que los distingue de sus adversarios. Pero no era el momento, creo yo, para "competir" en medio de la tragedia. Creo que estas catástrofes ponen de manifiesto que necesitamos, más estado, más política pública de largo plazo y menos partidización electoral de corto plazo.

Me parecía y parece que no, que se confunde de ese modo al Estado con el partido, y al Estado con el gobierno. Y cuando eso sucede producimos resultados por debajo de nuestras capacidades colectivas totales.

Ahora bien, quiero decir además que de todas formas prefiero a los jóvenes o adultos militantes trabajando con la camiseta puesta que a los que no hacen nada por los demás, ya sea de arriba, del medio o de abajo. Ya sean de izquierda, del centro o de la derecha. No juzgo a los que no quieran hacer nada o no confíen en ningún partido político o se queden en la casa porque están más cómodos con la familia. Me parece genial y hasta justificado, en algunos casos. Pero en mi opinión personal, en el contexto, necesitamos más de los que quieren hacer cosas (por el motivo que sea) que los que no mueven (o movemos) un dedo a no ser que sea para señalarlos. Ahí sí, creo que, hay una diferencia! A favor, obvio.

4 comentarios:

  1. Te agradezco que hayas dicho vieja compañera y no compañera vieja. Pero me parece que hay algo más en la identificación, y te lo digo después de muchos años de trabajar con grupos católicos que se identifican, y que, desde una perspectiva existencial diría, necesitan mostrar el símbolo en el cuerpo para decir y decirse quienes son, tiene que ver con la creación del colectivo, con sentirse parte. Es un momento de intensidad emocional fuerte, de sentir que pertenecemos a algo (la cámpora en este caso). Beso!

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  2. Publiqué algo en mi facebook en el sentido de este texto... A mi entender, no hay diferencias sustanciales entre las agrupaciones políticas, las iglesias y otras organizaciones sociales en este punto: todos sus integrantes, en definitiva, se movilizan (conscientemente o no) de tal modo que sus referentes logran constituirse como referentes válidos frente al resto de la comunidad. Un partido, organización, agrupación política o iglesia que no se compromete activamente en las necesidades del pueblo hoy está condenada a la indiferencia y al rechazo de su estructura y sus dirigentes. Fíjense cómo, con muy poco, el referente máximo de la iglesia católica generó adhesiones impensadas hasta hace muy poco tiempo. Y sólo por realizar algunos gestos (por ahora solo gestos) de compromiso con los más pobres.
    Por el contrario, partidos políticos que no visualicen estas nuevas exigencias de la sociedad de "salir a la calle" y sí, con las "camisetas puestas", están condenados a la indiferencia, y pronto, al olvido.

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  3. Muchas gracias a ambos por los comentarios. Hacen lucir el blog.

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  4. Don Diego, decía hace unos días León Gieco en ocasión de recibir su título de Doctor Honoris Causa: "No hay nada más lindo que hacer algo por alguien, y nada tan estúpido (en público reemplazó estúpido por aburrido) que nunca hacer nada por nadie". Pero lo cierto es que, al igual que Ud. señaló en algún otro post (en algún otro medio), es más grato ver al Estado tan impersonalmente como sea posible, que al sector, al grupo, la fracción, por más solidariamente que se haya llegado hasta allí! Abrazo

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