domingo, 24 de agosto de 2014

Panamá 20K multimedia

Me desperté a las 6:30, aunque era domingo, no podía seguir durmiendo. Bajé a desayunar. Me serví café con un poco de leche, un jugo de naranja y una panecillo dulce.  Lei los diarios, chequé el correo, facebook, revisé twitter, chatié por Watsapp con una de mis hijas. Reptí el café. Siempre tomo dos tazas, así sea lunes o viernes. Ya eran las 7 y algo. Regresé a mi habitación. Me peparé para salir a correr. Bajé la aplicación de endomondo, que Nicolás me había sugerido. Ya estaba registrado, así que fue facil instalarla en el celular. Cotejé que el GPS funcionara. Estaba todo listo. Ensayé una vez. Borré el ensayo. Bajé por el ascensor (al bajar, pensé, "¿no debería llamarlo descensor?").

Salí a la calle. (La musica que suena en aletorio es un tema de Sting, ah! Si.. "free free.. set them free") El hotel está en Obarrio, detrás del santuario. La zona es linda, exclusiva y a esta hora desolada. El calor es un abrazo suave y cariñoso. Es un día perfecto para correr. Conecté la aplicación con el propósito de tener claro cuantos km correría. El tiempo lo tenía pautado. Tengo que correr más de dos horas, por lo menos. Salí en búsqueda de una calle que me llevara a la cinta costera. Después de esquivar calles, salí a la avenida. Ahí me dicen que doble: "sales derecho a la cinta costera". Doblo, hago unas tres cuadras y llego. Cruzo y me pego a la costanera. Ya hay gente corriendo. El centro financiero se ve enorme, como si emergiera del mar. El circuito está limpio y muy bien cuidado. Me impresiona muy bien. Me siento feliz!! Sigo corriendo. Se ve a lo lejos el casco histórico, voy hacia allá. Unos 4 km y ya lo tengo ahí. En total, parece que estuviera perfectamente calculado, la voz de la aplicación me dice que son 5 km y voy a un buen ritmo. Ya estoy sudando (en el auricular entra en random Joaquín Sabina: "lo nuestro duró... lo que dura dos peces de hielo en un whisky on the rocks").

Llego al casco histórico. Me impresiona la cinta costera. Para no romper el casco hicieron como un anillo por fuera, por encima del mar que rodea al casco histórico. Yo me meto por debajo de ese anillo, sigo el circuito de corredores y llego a la ciudad vieja. Me impresiona! Esta super cuidada. Linda, antigua, colonial. Me topo con presidencia, doblo por una calle del casco, ya me meto adentro. Sigo corriendo. Somos pocos a esa hora. La calle está libre para mi. Corro por la ciudad. Me topo con el Hotel Tantano y en frente el Café Sucre (el viernes estuve ahí, entrevistando a alguien). Doblo como buscando de nuevo la costa. Sigo por esa calle y paso por la plaza Bolivar. Un clásico: colonial, antigüa y de moda siempre. Hermosa y elegante. Paso por el edificio del Ministerio del Relaciones Exteriores (imponente) y el teatro nacional ahí nomás. Doblo a la derecha encuentro de nuevo una costanera, más antigua, menos pretenciosa que por la que venía desde el distrito financiero, pero más autentica. Subo una escalera enorme, hay una especie de vuelta con un obelisco con un gallo arriba. (Me río, qué tema, está sonando: "siempre tuvo la frente muy alta, la lengua muy larga y la falda muy corta..."). Se ve todo el mar. A lo lejos una congestión de barcos esperando entrar al canal. Se ve impresionante. El mar, la ciudad vieja y la ciudad nueva. Ahora las veo a las dos, una enfrente de la otra. Retomo el pequeño malecón. Regreso. Ya van unos 9 km. Le meto un poco más de velocidad. Veo que tengo resto. Estoy empapado. Me cuelgo mirando las zapatillas de los que corren, la gran mayoría usa Asics. "Qué contraste", pienso. "En Buenos Aires la mayoría es Nike o Adidas, muy rara vez ves una Asic". Sigo corriendo. Me empiezo a preocupar si el GPS no consumirá crédito. "Me quiero morir si consume", llevo casi una hora corriendo "Imagináte la cuenta que me va a venir" me digo. Miro hacia adelante, ya estoy pegando la vuelta. Hoy hago 20km seguro. Estoy contento. Pienso en  mis colegas, amigos y compañeros que están corriendo la maratón de San Andrés. "Hoy tendría que haber corrido". Bueno, acá estoy de todos modos. Los edificios se me vienen encima. Llego hasta el final, ya hay mucha gente corriendo. Me siento feliz. "Podría vivir en esta ciudad", pienso. Parejas corriendo, charlando, tomando agua. Algunos elongando. Todo en orden. Llego al final de la cinta. Doy la vuelta. Quiero repetir todo el trayecto de nuevo, van 12 km me dice la voz de endomondo. "Tengo que apagar el GPS. ¿Y si me viene una cuenta enorme?" Apago el GPS, pero sigo corriendo. Registro mi primer carrera en la app de endomondo: 12 km y algo. Pienso que Nicolás ya debe haberlo visto. Lo tengo de amigo en endomondo: "Uy! cuantas redes!!!". Sigo corriendo. Chequeo bien las referencias, después voy a tener que llegar al hotel y ver cuanta distancia recorrí. Ah!!! Enciendo un rastreador para que me diga la distancia. Igual va a gastar. Ya apagué endomondo.

Regreso una vez más, cruzo un puente peatonal. Se ve todo desde ahí. El centro financiero, el casco antiguo, el mar, los barcos. Tengo que  buscar ahora la salida para el hotel. "mmm no recuerdo bien". Me meto rumbo a la ciudad. Me pierdo, sigo buscando. Sigo corriendo. Pregunto. Y corro. Ya voy acercandome. Me pierdo de nuevo. Es divertido perderse mientras uno corre por la ciudad. Conoces, de paso. Ya encontré la onda. "Obarrio por esa calle. Sigue derecho, sales al ... y luego doblas" Efectivamente. Llego al Casino, ya me siento cerca. Doy una vuelta más. son 19 y algo... tengo que completar los 20km. Corro hasta completarlos, justo ahi nomás de la entrada del Hotel. Y suena en mi auricular "Sweet Home Alabama".

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