miércoles, 6 de agosto de 2014

El nieto de Estela

Hoy (5/08/2014) tuve un día eterno. De esos que cuando están por la mitad, me inspiran para una trama de una novela. Cuando están terminando, a menos para una entrada en el blog. Un lindo día, al fin y al cabo, lleno de actividades y ocupado en varias cosas. Liberando mi cabeza que ultimamente se puso monotemática.  Empezó temprano, yendo a buscar a mis hijas para llevarlas al colegio (hijas/hijos). La mañana en el trayecto al colegio es como un elixir de alegría. desde que suena el despertado, me despierto, me ducho, desayuno y las paso a buscar, hacemos pool con otra compañera, las dejo en el cole. Charlo con algún padre, con alguna madre. Con la directora. Son las 8:00 am. y desde 6:45 a ese momento, les juro, soy el tipo más feliz del universo. 

Luego parti rumbo al centro. Ya no soy tan feliz, pero escuchar la radio y pasear por libertador mientras el sol es tenue, no está nada mal. Tenia la reunión mensual  de trabajo de comisión. De ahí, me fui a tomar exámenes finales al oeste de la ciudad. Tomé Riobamba rumbo al sur, seguí por la calle que continua después de Rivadavia (no se cual es el nombre, pero es la que pasa por detrás del congreso). Llegué a la intersección con la Autopista 25 de Mayo, giré a mi derecha y subí. Llegué a San Justo a las 13:15, y ya no habia almorzado. Estaban los estudiantes esperando, a quienes les pedí que llegaran temprano para poder regresarme temprano a buscar a mis hijos al colegio. Al terminar esa ronda, ya eran las 3 pm, emprendí el regreso por acceso oeste, primero, y Autopista del Buen Ayre después, y arribé a San Isidro justo a tiempo para estar en la puerta del colegio y recoger a mis hijas. Eran las 16:20. Las llevé a la casa de la madre, bajamos, las mochilas. Conecté la play station en el televisor de la casa. Terminamos de charlar sobre como fue el día en el colegio y emprendí la retirada. Tenía agendado ir a ver un departamento para mudarme a las 17:15. Lo vi, me encantó cerramos el acuerdo. De ahí, contento, me fui a lo de mis viejos, a contarles un poco de todo (padres/abuelos), del departamento, de mis hijos, de sus nietos, de lo bien que ellos me veían ahora, me dijeron. 

Y fue ahí, como a las 6 pm que me enteré que Estela Carlotto había encontrado a su nieto (Ignacio Hurban), que su nieto había encontrado a su abuela.  Estela dijo emocionada: "No quería morirme sin abrazarlo, y lo voy a hacer". Siempre me emocionan esas historias, a la vez que me indignan sin poder entenderlas. Y me emocioné. Soy muy sensible, ya lo saben, la piel se me puso de gallina y contuve mis lagrimas de felicidad. Una emoción me invadió el cuerpo. Por Estela, por Ignacio. Pero también fui consciente de mi felicidad, como hacia rato no lo era. Por mis hijos, mis viejos, por la madre de mis hijos y por mi que, a pesar de todo, estamos vivos y sabemos quienes somos. Después me fui a correr y a entrenar dos horas. Corro, luego existo... pero corro porque existo.

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