Me gusta ver también las competiciones de natación. Sobre todo ahora que las filman de una forma muy singular, con cámaras subacuáticas y con la línea del record olímpico simulada. Pero sobre todo, me gustan las carreras de larda distancia. Las carreras de velocidad son buenas también, pero no hay como las carreras de resistencia. Correr es para mí, ahora, el deporte de los juegos olímpicos.
Dice Murakami en algún lugar (exactamente en la página 21 y 22, pero queda mejor decir "en algún lugar", como si uno recordara la idea y no la tuviera anotada en forma sistemática cual cita de texto), que a él no se la dan los deportes en equipo, "para bien o para mal es algo con lo que se nace". Tampoco "los juego en que se enfrentan dos personas, como el tenis"...."los deportes de combate también se me dan mal". Correr tiene sus ventajas, porque no hacen faltan ni compañeros ni contrincantes, ni hay que ir a un lugar especial para desarrollar la actividad, ni se necesita de instrumentos como un palo de hockey o y una raqueta o lo que fuera, dice con razón Murakami. Y no puedo estar más de acuerdo. No sólo estoy de acuerdo, me siento en verdad identificado.
Como dice la publicidad, es simple... eso es lo que me gusta cuando salgo a correr TODOS los días. Ponerme objetivos nuevos. Correr una mayor distancia, hacer una vuelta al hipodromo en menos tiempo; ir a otra ciudad y correr por una ruta nueva. Esas cosas. Y eso lo puedo hacer sin competir contra otro, sin necesidad de tener que armar un equipo, o llevar tal o cual artefacto. No es que no me gusten los deportes en equipo. Me gustan. Me divierten. Pero siempre sentí que como muchas actividades colectivas enpoderan al más hábil, le dan poder, le dan prestigio, y los demás pasamos a ser comparsa de apoyo del "mejor". Eso es inevitable. Sucede con la vida en todos los ámbitos. Pero, si se trata de algo que quiero hacer por placer y disfrute, no va bien con los deportes en equipo donde hay sólo premio para el Messi del barrio o la Luciana Aymar del club. Sobre todo, cuando uno no es uno de ellos. Así que correr tiene esa ventaja que permite hacer ejercicio, reflexionar y al mismo tiempo competir contra uno mismo. Eso es lo que amo de correr. En cierta forma es lo que hago conmigo mismo en las demás actividades.
Y casualmente, leía a Murakami que decía: "Por supuesto, yo también tengo mi pundonor y no me gusta perder. Pero desde antaño, no sé porqué, nunca he tenido especial interés en competir con los demás para ver quien gana o pierde (...) No me preocupa en exceso si gano o me ganan, Me interesa más ver si soy capaz o no capaz de superar parámetros que doy por buenos".
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