miércoles, 23 de agosto de 2017

La Matanza: los límites competitivos informales

Los prejuicios sobre la política en el conurbano se han vuelto un lugar común. Los diagnósticos sobre la existencia de subsistemas políticos subdesarrollados, no es nueva. En la actualidad renace con los estudios sobre autoritarismo electoral subnacional, o con las más metafórica terminología de la existencia de feudos. En esos términos se habla de las provincias del NOA o del NEA, y de algunas de Cuyo o Patagonia (al respecto recomiendo el articulo del TuQmano, que puede visualizarse aquí). En el ámbito municipal de la zona conurbanada a la CABA -el Gran Buenos Aires como se solía denominarlo- se acuñó la expresión de "Barones del conurbano", para describir a muchos de los intendentes que tenían una alta taza de reelección y que, en término más políticamente domésticos, habían "alambrado el municipio". Con estas expresiones se intentaba describir una situación en la cuál, los titulares del poder político local, parecían ser imbatibles. La expresión con el tiempo se extendió a los 24 intendentes, sin discriminar o diferenciar patrones de comportamiento político electoral alguno. Por ejemplo, en un artículo del diario La Nación de 2015 se aplicaba la categoría a todos, pese a las diferencias (ver aquí). Aunque no hace falta aclararlo, el término comporta una fuerte connotación negativa. Recientemente en el XIII de la SAAP un par de colegas analizan comparativamente a éstos con otros intendentes del interior de la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de poner en números qué tan diferentes son los supuestos "Barones del Conurbano" (recomiendo los Work in Progress de Gabriela Porta y Carlos Varetto).

Resultado de imagen para Mapa del GBA

A propósito de ello, el Municipio de La Matanza está asociado a ese imaginario. Es el municipio más poblado de la provincia y, comparativamente,  su padrón electoral (1,087,343 electores) supera a la gran mayoría de las provincias. Sobrevivió a la oleada de reorganización administrativa del año 1993 en la que varios municipios "grandes" del conurbano fueron divididos: Morón (Por Ley Provincial Nº 11610 sancionada el 28 de diciembre de 1994 se establece la creación de los partidos de Ituzaingó y Hurlingham a partir de la división del antiguo partido de Morón. ) y General Sarmiento (El 20 de octubre de 1994, Ley Provincial Nº 11551 se crean los municipios de Malvinas Argentinas, San Miguel y José C. Paz). Y en la actualidad es objeto de varios planes y proyectos de división. El tema es apasionante, y vengo trabajando lento pero continuado sobre la política municipal bonaerense desde 1983 hasta la fecha (publiqué en Revista de la SAAP 2014, se puede bajar aquí, un estudio sobre el sistema electoral y la determinación de escaños de los concejos deliberantes de los municipios de la Provincia de Buenos Aires). 

Con los resultados de las PASO 2017, una vez más, se pueden observar algunos elementos presentes en la política "matancera" que abrevan al imaginario, y otros que no tanto. Debajo pego los resultados electorales de todas las elecciones municipales desde 1983 hasta la fecha (para intendente y concejales).

Con estos resultados tenemos para empezar. En primer lugar, destaca que el partido más votado siempre fue una expresión peronista, ya sean los diferentes Frentes Justicialistas hasta 2005, como el FPV desde entonces. En 2003 y 2005, el FPV hizo frente a una segunda fuerza de signo peronista. De hecho, en la elección de 2005 la segunda fuerza fue el PJ, mientras que la primera el FPV conducido por el entonces intendente Ballestrini.
En segundo lugar, se pueden observar a diferencia de otros distritos bonaerense, la inestabilidad de las segundas fuerzas. Hasta 1999 dominó la UCR, con excepción de la elección de 1995 en la que el FREPASO fue la segunda fuerza (1997 y 1999 ambas fuerzas confluyeron en la Alianza por TEJ). Desde 2007 el PRO (en diferentes alianzas) comienza a perfilarse como la segunda fuerza del distrito, aunque en 2011 ese puesto lo obtiene Nuevo Encuentro y en 2013 el Frente Renovador. Las segundas fuerzas fueron identificadas por colores según partido o frente.
En tercer lugar, sólo en tres ocasiones hubo una competencia relativamente cerrada: en 1983 y 1985, el PJ y la UCR estaban muy cercanas. Pero el margen de victoria se expande desde entonces hasta 1997 y 1999 con la llegada de la alianza (y la candidatura de Pinky). Con posterioridad, el margen de victoria vuelve a acrecentarse hasta llegar a superar los 50 puntos porcentuales, en la elección de 2011. En las elecciones de 2013 se puede observar una elección reñida con el Frente Renovador (una fractura del peronismo).
En cuarto lugar, y es lo más distintivo en cierto modo, pese a la hegemonía del Peronismo (con algunas coyunturas competitivas, como las destacadas en el párrafo anterior) los intendentes solo estuvieron en el ejecutivo municipal tan sólo dos periodos consecutivos. En ningún caso observamos los años de duración que caracterizan a otros municipios del sur, del norte y del oeste del conurbano bonaerense:

  • Federico Russo (1983-1991) se mantuvo en la intendencia, al igual que Hector Carlos Cozzi (1991-1999), por ocho años (este ultimo, como "delegado" del empresario y jefe territorial Alberto Pierri). 
  • Con la caída del poder de Pierri, se viene el ascenso de Alberto Ballestrini (1999-2005) quien estuvo tan solo 6, ya que en 2005 se fue como presidente de la cámara de diputados de la nación y posteriormente como vicegobernador de la provincia de Buenos Aires (hasta su ACV y posterior fallecimiento). 
  • En lugar de Ballestrini quedó Fernando Espinoza, quien asumió interinamente hasta 2005 y desde entonces cumplió sus dos períodos hasta 2015. Es quien más ha gobernado La Matanza.
  • En 2015, comienza la era de Verónica Magario que, si el patrón se corrobora, finalizará en 2023.
Los resultados electorales nos informan de la hegemonía del peronismo como movimiento político, mas no necesariamente del PJ o de algun Frente Justicialista en particular. Pero esa hegemonía es sólo el reflejo de una competencia política interior, que ha impuesto límites entre las facciones del peronismo. Ello explica el final de Russo en 1991, la era Pierri desde entonces, y el ascenso de Alberto Ballestrini en 1999. [Una breve reseña de la historia política reciente de La Matanza, puede consultarse en Arte Política (ver aquí)]. Desde luego, esos límites son informales, no están escritos en ningún lado. La nueva reforma electoral que pone fina a las reelecciones indefinidas, encuentra en en La Matanza un buen caso testigo de adecuación informal a esa regla.

Quiero decir, con todo esto que, cuando clasificamos o caracterizamos a La Matanza, no pueda ésta ser subsumida ni en la misma categoría de los presuntamente "gobiernos feudales" (provinciales o municipales), ni sus intendentes caben en la de "Barones del Conurbano" (aquellos que se reeligen entre 3, 4, 5 o 6 veces consecutivas). A mi modo de ver, en el imaginario hay muchos lugares comunes no sólo políticos, también urbanos, estéticos, sociales y culturales, pero eso es otra cuestión.

domingo, 20 de agosto de 2017

El senador Picheto y el centro político nacional

En estos días el senador Miguel Angel Pichetto del PJ-Río Negro, hizo una declaración a propósito de la división de lo que hasta hace poco era el FPV. Afirmó que "el peronismo atraviesa su peor crisis desde la recuperación de la democracia" y "sin liderazgos ni referentes claves" (se puede leer la nota aquí). Entre otras cosas interesantes, observó que : 
Tal vez nos espere el llano en 2019. Doce años tardó el PRI [Partido Revolucionario Institucional] de México en volver al poder. Doce años. Debemos aprender de estas experiencias, el PJ debe volver a ser un partido de centro nacional. No somos la izquierda porteña.
Al respecto, me interesan dos afirmaciones que están vinculadas con lo que vengo investigando desde hace un par de años. La primera refiere al posicionamiento espacial del peronismo ("partido centro nacional") y la segunda conjuga una tensión del tipo Buenos Aires-Interior ("no somos la izquierda porteña"). Su afirmación es por demás elocuente en relación a mi interés de investigación. Como comenté, mi inquietud se puede resumir más o menos del siguiente modo: ¿Qué une a los principales dirigentes provinciales en los espacio políticos nacionales? En otras palabras, los espacios políticos nacionales ¿se constituyen por mera aglomeración táctica y oportunista de los dirigentes de las provincias, o bien hay algo en común entre los que se juntan en un frente u otro? 

En el reciente XIII Congreso de la SAAP presenté una ponencia titulada: "congruencia ideológica interprovincial de las coaliciones políticas nacionales" en donde desarrollo el estado de la cuestión sobre el estudio de partidos argentinos, presento un par de hipótesis al respecto y finalmente ofrezco evidencia empírica respecto de que sí, efectivamente, se juntan porque tienen algo en común. Presento evidencia acerca de como se distribuyen en varias dimensiones, pero las dos dimensiones que parecen organizar el espacio político con mayor claridad son, por un lado, la clásica izquierda-derecha (que correlaciona con lo que entendemos por liberal-conservador) y, en el ultimo tiempo, eso que se entiende por kirchnerismo-antikirchnerismo (en otro tiempo, probablemente, peronismo-antiperonismo). En el gráfico que presento se puede observar la disposición de los espacios políticos existentes al 2015. En celeste, abajo y al centro, los dirigentes enrolados en el entonces FPV; en amarillo, arriba y a la derecha, los dirigentes de Cambiemos; en rojo, a la izquierda y arriba, los dirigentes del FIT. Esos son las coaliciones o frentes más discernibles, los que presenten con mayor nitidez una distinción espacial. Luego en cruz-rosada, al centro de la gráfica, los dirigentes del FAP y, en cruz-azul, los por entonces PJ-noK o Frente Renovador. Las cruces verdes representan a los políticos que no pertenencían a ninguno de estos 5 espacios. Para obtener las posiciones de estos dirigentes, envié un cuestionario a 191 expertos en política local a las 24 provincias, los cuales clasificaron en conjunto unos 117 dirigentes provinciales y 14 políticos nacionales (los detalles en el paper que pueden solicitar por correo). Los expertos tuvieron que clasificar a los dirigentes en un escala de 1-7 puntos, donde 1 era el máximo sitio a la izquierda, y 7 el máximo sitio a la derecha. Lo que ven en la gráfica es el promedio de clasificaciones.  En cada provincia obtuvimos clasificaciones de al menos 5 dirigentes. 
                    

So what? Efectivamente, si apreciamos el gráfico, podemos concluir que Pichetto tiene razón. El espacio que comprendía el FPV tiene una posición centrista con algunos políticos inclinados levemente a la centro-izquierda (efectivamente, levemente está CFK) y otros hacia el centroderecha (omito en el gráfico la identidad de los dirigentes, pero se pueden diferenciar y no se requiere la confidencialidad). Pero lo que quizás hoy distinga a la división que comenzó a madurar desde 2013 en el peronismo, es el posicionamiento en el eje vertical, al que denominamos kirchnerismo-antikirchnerismo. Seguramente al lector le podrá resultar obvio. A mi no me resultó tan obvio hasta que lo pude comprobar con esta investigación. Desde luego, también podemos ver que la ubicación de los políticos "cambiemita" se inclina hacia la derecha, pero la tensión fundamental no parece ser en el eje horizontal, si no en el más identitario y estético eje vertical. Hay desde luego otras distinciones. En la siguiente tabla resumo los valores medios y los desvíos estandars de las posiciones de partido en el eje izquierda derecha.      

              mean    std.dev   N
FPV         4.314372 0.7516680 56
Cambiemos   5.381938 0.8392487 41 
PJ-noK      4.934504 0.6034953 16 
FAP         3.678251 0.2825856  5 
FIT         1.397473 0.1430651  7 
Otros       4.566832 1.8354147  6 

Es cierto, como dice Picheto, el peronismo puede volverse a reunificar como un gran partido del "centro nacional" (4.3 es el posicionamiento promedio de sus dirigentes). Los dirigentes parecen estar en consonancia con esa afirmación. Al no hacer pié con un liderazgo en Buenos Aires (entendiendo por ello la provincia más el AMBA), es claro que un liderazgo tendrá que surgir del "interior". La incógnita fundamental, el quid de la cuestión, es mediante qué mecanismo es posible que emerja, se distinga y sea seleccionado o elegido.

jueves, 17 de agosto de 2017

San Isidro es distinto: cambios en el patrón del corte de boleta

Los resultados de la ultima elección a nivel nacional y a nivel provincial tuvieron una resonancia enorme. A nivel nacional, en la categoría de diputados nacionales Cambiemos obtuvo casi 8.4 millones de votos, las diferentes listas de unidad ciudadana (Kirchnerismo) alcanzaron unos 4.7 millones de votos, mientras que las diferentes listas del Partido Justicialista (sin contar las del Kirchnerismo) sumaron unos 4 millones de votos, aproximadamente. Ya lo dijimos anteriormente, en términos absolutos las cosas están casi iguales que en la primera vuelta de la elección presidencial de 2015, con la salvedad que en esa ocasión el Kirchnerismo y el PJ sumaban juntos como FPV. La diferencia más estridente de estas elecciones fue la reducción de votos del espacio de Sergio Massa (antes UNA-FR actualmente 1Pais), mientras en la primera vuelta de 2015 obtuvo unos 5.3 millones de votos, en estas PASO 2017 la fuerza se remitió a 1.7 millones de votos.

Pero dejemos la política nacional por un segundo, y descendamos al nivel local-municipal. En la provincia de Buenos Aires ese ejercicio lo podemos hacer en los 135 municipios que la integran, pero por razones personales me concentraré en el Partido de San Isidro, el único municipio donde desde 1983 es gobernado por el mismo grupo político: desde 1983 a 1999 fue intendente Melchor Posse y desde entonces su hijo Gustavo Posse (1999-2019) se mentiene al frente del municipio (20 años en 2019). De origen radical, llegó a la intendencia de la mano de la Alianza, luego se reorganizó como fuerza vecinal (Accion Vecinal-San Isidro es distinto) y desde allí adhirió a la Concertación Plural (radicales K), pasó a integrar UDESO en 2011, adhirió al Union Popular-Frente Renovador en 2013 y pasó a integrar Cambiemos en 2015. En todos estos movimientos estratégicos, logró mantener la mayoría electoral en San Isidro, lo que permite hablar de un fenómeno político autónomo: "el possismo". De ahí que la integración del bloque de concejales que responden al Intendente es pluripartidista: está integrada por peronistas, radicales, vecinalistas, etc. Hasta el presente están invictos! Es quizás el ultimo de los Barones del Conurbano, pero para su votantes "es distinto".  El Gráfico que pueden ver abajo, registra el desempeño electoral histórico del sello "POSSE" junto a las segundas y terceras fuerzas en el Partido de San Isidro. La imagen es por demás ilustrativa: la única elección en la que hubo una disputa seria en el distrito fue la de 1993, en la que el por entonces PJ conducido por Carlos Hurst obtuvo un 34.83% de los votos, mientras que la lista del intendente Melchor Posse conquistó el 35.39%. Menos de un punto porcentual de diferencia. Cierto es que en la elección de 1989 también los resultados fueron reñidos, cuando el peronismo renovador conducido por Juan Pablo Cafiero, era impulsado por la elección presidencial de Carlos Menem. Con posterioridad a esa coyuntura histórica, ninguna fuerza política se aproximó siquiera, incluso en la debacle colectiva de 2001.



En las PASO de este domingo 13 de agosto 2017, la cosas no fueron diferentes: su lista de concejales fue la más votada (44.3%), mientras que su inmediato competidor (las dos listas de UC sumadas) obtuvo 17.7%, en tercer lugar llegó ConVocación San Isidro, una agrupación vecinal filo "cambiemita", que obtuvo un no despreciable 12.19%. Visto así, un triunfo rotundo. Una vez más! Chapeu!

Ahora bien, si hacemos una comparación vertical (votos nacionales, provinciales y municipales), notamos que algo pasó en San Isidro, a diferencia de otras ocasiones. A nivel municipal la lista de Cambiemos obtuvo 44.3% que representan unos 89,858 votos, frente a un 54.99% que obtuvo la misma lista para la categoría de diputados nacionales, unos 111,149 votos (siempre con los datos del escrutinio provisorio). A nivel de senadores provinciales, los resultados fueron similares: 111,535 votos. 

Rápidamente, podemos observar que el comportamiento del votante de Cambiemos es diferente entre el nivel municipal y el nivel provincial/nacional. Hay una diferencia de 10 puntos porcentuales, es decir unos 22000 votos de diferencia que se fueron de las arcas de votos nacionales, a otras categorías municipales! Todo parece indicar que esa diferencia se explica por los votantes de ConVocación San Isidro, cuyos 12.19% convertidos a votos constantes y sonantes representan unos 24669 votos! 

Históricamente se puede apreciar una oscilación en los apoyos electorales, con un aumento de apoyo en las elecciones de ejecutivo y un descenso en las elecciones intermedias. No es novedad. Para tener una idea más acabada, en las elecciones de 2015, Cambiemos-San Isidro es Distinto en la categoría municipal obtuvo 107,709 votos (51.67%). Tampoco es novedad el corte de boleta. Usualmente hubo corte de boleta para los cargos locales, como en 2007 en la que Concertación Vecinal (la versión local de Concertación Plural-FPV) obtuvo más votos que la misma lista que llevaba a CFK como candidata Presidenta. Lo que si es novedad es el corte vertical de boleta desfavorable a la lista del intendente.

Así las cosas, parece que ConVocación comparte el electorado "cambiemita" con el intendente, y mirando el fenómeno retrospectivamente será todo un desafío aislarse de la succión "possista". El "possismo" por su parte tiene un obstáculo que sortear: en agosto de 2016 el congreso de la provincia de Buenos Aires eliminó la reelección indefinida consecutiva de intendentes, permitiendo dos períodos consecutivos contando como primero el iniciado en 2015. De modo tal que en 2023 Gustavo Posse no podrá competir por el más alto cargo municipal. Necesita un nuevo e innovador movimiento estratégico. La conversión "cambiemita" fue uno más de tantos, lo que no sabemos es si San Isidro seguirá siendo distinto. Como objeto de estudio es fascinante.

miércoles, 16 de agosto de 2017

La fragmentación de la oposición

En estos días se publicaron muchos análisis sobre los resultados de las PASO realizadas el 13 de agosto de 2017. En una brillante análisis ex-ante (es decir, sin el diario del lunes) Juan Carlos Torre analiza el impacto de las crisis de 2001 en la matriz social de las opciones políticas (pueden leer el texto Los huerfanos de la política revisited). Encuentra que la crisis de 2001 tuvo un impacto duradero sobre la fragmentación de las opciones no peronistas (o panradicales) y que Cambiemos, resumiendo, vino a recomponer desde 2015. Lo novedoso de su texto es que plantea que el efecto 2001 fue retardado en el PJ, producto en parte por el liderazgo de Nestor Kirchner. Hoy vemos como esa crisis y sus efectos en la matriz social de la opción "peronista" (la partición en los sectores del trabajo entre informales y formales, resumiendo burdamente) está dando lugar a la fragmentación de las opciones peronistas. Es cierto que en la historia reciente el peronismo tuvo muchas rupturas y reunificaciones, pero estas fueron hasta ahora producto de la disputa por el liderazgo: la resolución entre "un alma permanente y un corazón contingente". Lo nuevo: parecería ser que esta vez el alma podría estar sufriendo un fractura.

En otro artículo publicado por el diario La Nación, Marcelo Leiras lucidamente encuentra ex-post que el resultado del domingo fue el avance más importante desde la formación del Partido Peronista en 1947 (se puede leer aquí). La consolidación electoral de Cambiemos parecería estar dándole el titulo de partido político nacional al PRO, algo que muchas "terceras" fuerzas intentaron y que no lograron con esta magnitud (p.e. el Frepaso).

Julio Brudman en "La Ideología del partido"ensaya una cirugía profunda sobre el fenómeno cambiemos, tanto en relación a su éxito electoral como a su triunfo político, pero le dedica también un rato a entender qué pasó en esta elección con el peronismo: "El problema del peronismo no está en los votos, sino en su liderazgo".

¿Que pasó entonces este domingo? Los votos obtenidos para la categoría de diputados nacionales agregados (haciendo un esfuerzo) dieron este resultado provisorio:


No hay que detenerse mucho para constatar dos cosas: 
  1. Cambiemos logra el 36% de los votos, lo que implica aproximadamente unos 8 millones y algo más de votos, algo similar a los votos que obtuvo Mauricio Macri en la primera vuelta electoral de 2015.  
  2. La otrora coalición "panperonista" (FPV) hoy se encuentra divida entre al menos dos grandes opciones electorales: el Kirchnerismo y el Partido Justicialista. Esta división no es nueva, fue la tensión fundamental del FPV, pero que se mantuvo latente mientras se articulaba desde el control del estado nacional. No obstante, en la actualidad sumadas ambas opciones, cómo mínimo alcanzan el 37% de los votos aproximadamente. Esto las ubica muy parejo con Cambiemos y muy estable en relación al idéntico 37% (9 millones de votos) que obtuvo Daniel Scioli en la primera vuelta electoral del año 2015.
Si las opciones panperonistas pudieran solucionar el problema de liderazgo o coordinación (cosa poco factible en el corto o mediano plazo), incluso ese 7% del massismo podría ser integrable, como en algún momento lo estuvo (en conjunto, lograrían algo muy similar al 45% de la elección presidencial del año 2007).

Pero las cosas hoy están así: Cambiemos se consolida como una nueva opción política que reunifica electoralmente de manera exitosa a una porción del electorado que ha estado fragmentada: el panradicalismo liberal y el antiperonismo. Mientras tanto, la otrora coalición política que articulaba a una vasta mayoría de los sectores socialmente más desfavorecidos, de los asalariados de todo tipo y parte de las clases medias,  se encuentra hoy en medio de una crisis en donde "lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer". El problema, claro está, no está en los votos; está en el liderazgo.

lunes, 14 de agosto de 2017

El efecto reductor de las PASO

La normativa de las PASO (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias) introduce un mecanismo que permite la selección de candidaturas al interior de los partidos y, al mismo tiempo, de selección de competidores. Por un lado, selecciona al interior de los partidos, frente o alianzas, quienes serán sus candidatos dentro de un conjunto de alternativas, en el caso que las halla: la lista mas votada, será la lista del partido en las elecciones nacionales (en este caso, octubre). Por el otro, determina dentro de un conjunto de partidos, alianzas o frentes, cuales serán los que competirán en la elección general, una vez superado el piso establecido del 1.5% de votos validos emitidos. En este sentido, sumadas sus dos funciones, las PASO constituyen un mecanismo de selección de alternativas al interior de los partidos o frentes y de reducción de la oferta política global a disposición del electorado.
Las PASO fueron criticadas porque en algunos distritos los frentes o los partidos no presentaban alternativas internas diferentes, convirtiendo a esta instancia en superflua y costosa. Considerando las jornadas del domingo 13 de agosto, para la categoría  de diputados nacionales, en verdad sólo en Formosa, La Rioja, Rio Negro, Santiago del Estero y Tierra del Fuego, no hubo selección efectiva de candidatos. En estos casos el número de candidaturas fue igual al número de listas, de modo que las PASO no funcionaron como proceso de selección interna. En las demás provincias (19), en cambio, algún partido las usó para dirimir entre sus alternativas internas. Donde más se usaron fue en Santa Fé. Allí los electores tuvieron 57 alternativas en total, repartidas en 17 frentes o alianzas. Considerando todas las provincias en general, en total en la categoría de diputados se presentaron 332 listas, repartidas en 207 frentes. Finalmente, de esos 207 frentes sólo superaron el 1.5% de los votos válidos emitidos de sus respectivos distritos unos 145 partidos, frentes o alianzas. El efecto de reducción es notable: menos de la mitad de las listas quedaron en carrera.


El gráfico que pueden visualizar, presenta el número de listas que se presentaron en cada provincia en las PASO del domingo 13 de agosto (el área gris), el número de frentes o alianzas (o partidos) que se presentaron (el área rosa) y, finalmente, el número de éstos que superaron el umbral de 1.5% (el area celeste). El gráfico ordena las provincias según el nivel absoluto final de reducción (déjenme llamar así al fenómeno), es decir la diferencia entre el número total de listas del domingo 13 de agosto 
 y las listas que estarán en el cuarto obscuro el domingo 22 de octubre. El mayor efecto reductor se produjo en la provincia ya mencionada arriba, Santa Fé. Allí de un total de 57 listas, quedaron finalmente 10 listas para octubre. Por su efecto reductor, le siguen CABA, PBA y CHACO. Mientras que las únicas provincias en donde las PASO no produjeron reducción de alternativas alguna fueron La Rioja, Rio Negro y Santiago del Estero. En estos últimos tres casos, las mismas alternativas de las PASO quedan en la liza competitiva para octubre.
En general, las PASO tuvieron 13.8 alternativas promedio por provincia, con un desvío estándar de 10.24, lo cual indica cuanta dispersión existió o cuanta fragmentación hubo en las alternativas (la línea negra encima del área gris) y de las internas o primarias entre las provincias. En cuanto a las alianzas las diferencias son menores: en promedio se presentaron 8.6 partidos o frentes, con un desvío de 3.5, lo cual indica que la dispersión de la oferta fue un tanto menor. Y finalmente, el número de alternativas promedio por provincia es de 6.04, con una dispersión muy baja (1.78), lo que permite vislumbrar que las alternativas absolutas sobre las cuales los electores de las diferentes provincias deberán escoger son más o menos similares.

En suma, las PASO permiten una amplia oferta partidaria y subpartidaria inicial, que luego converge en una reducción de la oferta electoral, que a mi juicio permite ordenar mejor las opciones de los electores y facilitar la coordinación entre las alternativas más competitivas.

NOTA METODOLOGICA: Los datos que se muestran son elaboración propia en base a la lectura de los resultados provisorios de la categoría de diputados nacionales exclusivamente. En las 8 provincias que eligieron senadores nacionales, la información puede variar. Por ejemplo, en PBA el Frente Patriota Bandera Vecinal, presentó 6 listas de senadores nacionales pero tan sólo 1 para la categoría de diputados nacionales. Como resulta obvio, el ejercicio no toma en cuenta las categorías de cargos provinciales ni municipales.

PD: después de un año, regresé al blog! PASO