jueves, 12 de julio de 2012

Parque Vucetich

Cuando regresé a Argentina, el 22 de agosto de 2006, luego de estar exactamente 9 años en el exterior, afuera, en otro país, o como prefieran, me instalé en la ciudad de La Plata, a pocos metros de una zona perfecta para correr. Mi suegro nos prestó un departamento en la diagonal 75, entre 54 y 55. Nos quedaríamos en el departamento mientras buscábamos casa y consiguiéramos donde instalarnos, preferentemente en alguna zona cercana a Buenos Aires. 

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A unos metros del departamento de la diagonal 75 está un parque acondicionado como circuito para hacer "footing" que los lugareños llaman "Parque San Martín", pero que todos los mapas --y un cartel de la mismísima plaza-- la nombran como "Parque Vucetich". No había día que, mi suegra y mi mujer, me discutieran el nombre del parque. Ese "hallazgo"  se dio mientras corría alrededor de la Plaza. 


Comencé con unas dos vueltas, y luego fui aumentando las vueltas a la plaza. Mis hijas eran pequeñas, y recuerdo que venían a verme dar vueltas mientras jugaban en los toboganes y pasamanos del "Parque Vucetich". Aun hoy, a pesar de que el nombre oficial es Vucetich, los platenses que conozco lo llaman San Martín. Es curioso como pasa eso con los lugares y las calles. En  Buenos Aires hay gente que todavía llama Caning a Scalabrini Ortiz, y lo mismo pasa con Cangallo y Perón, y así con muchas calles y sitios.


Me gustaba correr por ese parque. Me iba sintiendo, lentamente, platense. Corría por las tardes, entre las 6 y las 7 de la tarde. Con la llegada de la primavera el horario se fue corriendo más hacia la noche. Recuerdo una noche en que me costaba conciliar mucho el sueño, calculo que por el shock del arribo y la sensación y el miedo de haber tomado la decisión incorrecta de regresar, salí a correr para calmar la ansiedad y poder dormir. La Plata es la ciudad perfecta en distancias y espacios verdes, pero me sentía solo. Creo que correr me ayudaba a transformar la soledad en energía y sudor. Mi cabeza no dejaba de planear hacia el futuro y simular hacia el pasado. Ese maldito juego de retroceder al punto anterior de una decisión importante y simular otro recorrido cambiando la decisión. Me aturdía la idea de estar desperdiciando el tiempo... me sentía abandonado por mi mismo. Correr me liberaba, me aflojaba, me calmaba, me cansaba y me permitía dormir un poco más en paz. 

3 comentarios:

  1. Como platense te digo que si decís "Vamos a correr al Parque Vucetich", te quedás corriendo solo...Es, fue y será el parque San Martín.
    Yo voy a correr al parque, hago 7 vueltas, lo que serían 10k. El lugar es increíble, en primavera, lleno de gente caminando, haciendo un huracán humano. Sos esas cosas por las que uno no se muda de La Plata...

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  2. asi es... asi es... polémica familiar! Lo que me pregunto es porque no se arma una comisión vecinal para ponerle Parque San Martín y listo! Hasta en google le pusieron Vucetich

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  3. Si, es cierto. Habría que armar algo. Tanto "Presupuesto Participativo", pero no le podemos cambiar el nombre a un parque...
    Es increible como los funcionarios se empeñan en cambiar nombres arraigados a las costumbres de los locales para quedar bien con no se quien...

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