sábado, 31 de octubre de 2015

El populismo ha muerto, viva la razón populista

La idea ya la había esbozado en una nota de opinión y en unos escenarios post2011. (Y recuerdo la de @mecasullo, ahora que me lo recuerdan "¿Condenados al populismo?"). Al Kirchnerismo no se le iba a ganar por centroizquierda o con un discurso progresista. Si le querían ganar había que reunir una cadena de demandas no satisfechas por centroderecha y articularlas en una narrativa común. La idea de una narrativa común, la había esbozado Lopez Mourphy circa 2007. Incluso, antes que la coalición gobernante emergiera como "Kirchnerista" y hablara de un "relato".

Si bien el Kirchnerismo fue exitoso en articular demandas insatisfechas por centroizquierda y por abajo (lo popular), a la oposición le costó muchísimo articular esas demandas insatisfechas por centroderecha y por arriba. Se presentó fragmentada en reiteradas elecciones (2005, 2007, 2011). Y las veces que logró tener relativo éxito electoral, fue en las elecciones de medio termino de 2009 y 2013, en las que se podía articular demandas a nivel distrital y no enfrentaba el problema de articular las diferentes demandas provinciales a nivel nacional. Para las elecciones presidenciales de 2007 y 2011 presentó una variopinta oferta de candidaturas distribuidas entre progresistas, liberales, republicanos, centroderechistas y demás.

Esta vez la posición logró convocar esa multiplicidad de demandas que el Kirchnerismo no representó, no contuvo y no satisfizo. Y es aquí donde Durán Barba se toca con Laclau. Laclau plantea que el populismo es constitutivo de la política, y que esto consiste básicamente en una forma de articulación política. El populismo es una modalidad de acción política, no tiene un contenido específico. Y es típico por la necesidad de (cito al mismo Laclau) : 
"delimitar una frontera político-ideológica, [construir] una simplificación del espacio político (todas las singularidades sociales tienden a agruparse alrededor de alguno de los dos polos de la dicotomía), y los términos que designan ambos polos deben necesariamente ser imprecisos (de otro modo, no podrían abarcar todas las particularidades que supuestamente deben agrupar).” 
Dejenme presentar, entonces, el argumento de Laclau para "dummies", que a mi modo de ver Duran Barba entiende a la perfección:

  1. Existe una serie de demandas heterogéneas y hasta contradictorias, que no están siendo atendidas por las instituciones (digamos K)
  2. En esa coincidencia de insatisfacción, puede o no emerger algún significante vacío que les permita sentir que las demandas sean equivalentes (Cambio)
  3. Ese significante vacío es, a la vez, flotante (puede ir incorporando demandas, como excluyendo las que incorporó). Lo importante es que cada una de las demandas llene a su manera, con su propia expectativa, ese vacío.
  4. Se refuerzan y articulan exitosamente si logran, en torno a un líder, identificarse afectivamente.
A eso se le agrega, para que sea "populismo" en serio, que el PUEBLO, sea el significante vacío. De ahí que Pueblo y Lider, están siempre presentes en el "populismo". Laclau, plantea, que por esa razón puede haber "populismo" de derecha o de izquierda. Ahora bien, faltándole un poco el respeto, me atrevería a decir que también esa lógica puede ser tanto de abajo como de arriba, en los términos de Pierre Ostiguy. Aunque, ya no requiere que Pueblo sea el significante (lo cual dejaría de ser populismo, aunque la lógica persista). Puede ser la "gente" o pueden ser los "ciudadanos".

De este modo "cambiemos", necesitamos un "cambio", funciona como un significante vacío y flotante para "LA GENTE". "La gente quiere un cambio". De hecho, no lo inventaron en argentina ni en esta elección. La misma idea la tuvo la Alianza para el Cambio de 2000, que llevó a la presidencia a Vicente FOX en México. El cambio, la necesidad de un cambio, cambiemos, permite que cada uno llene con su propia expectativa lo que quiere que signifique el "cambio". Algunos, quieren cambiar políticas concretas, otros los modales, otros al partido de gobierno, otros liberar el cepo cambiario, otros las importaciones, otros las exportaciones, otros las retenciones, otros ganancias, otros el gasto del estado, otros la república y así sucesivamente. No se hasta donde Mauricio (y no Macri) puede despertar identificación afectiva, pero lo cierto es que "Mariú" en cierta medida pudo. Por esa razón, paradójicamente, hay una "razón populista" o, en este caso, "gentista" imposible de evitar. Quizás "cambiemos" tenga fuertes dosis de republicanismo pero, es claro, que con eso no movilizan. Como dijo un economista conocido, que le dijo Duran Barba (palabras mas, palabras menos): "No propongas nada, no expliques nada.  A la gente no le importa lo que propongas. Y no des explicaciones, no queremos en campaña dar esas explicaciones". 

Por eso, y aunque todo pueda pasar, uno podría decir el 22 de noviembre: El populismo ha muerto, viva la razón populista. O el populismo ha muerto, viva el gentismo (que para el caso es lo mismo),

1 comentario:

  1. Es interesante la apreciaciòn, y en general la comparto. Màs que nunca, vivimos el tiempo de la publicidad, de la realidad virtual. Y luego ocurre que cuando la realidad "verdadera" apreta y tritura, cada uno vuelve en sì. Atropològicamente, lo que resulta curioso es que no se aprende.

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