martes, 14 de octubre de 2014

42K Buenos Aires 7:30 AM

Es ya 12 de Octubre. Mientras esperaba la orden de largada miraba a los maratonistas de elite, los que están ubicados adelante de todo, esos que hacen la maratón en 2:15-2:30 y pensaba en Juan Carlos Zavala (Medalla de Oro Los Angeles 1932) y en Delfo Cabrera (Medalla de Oro, Londres 1948). En aquellas épocas solo un par de locos corrían por las calles. Mi padre (87) me contaba hace poco, para mi sorpresa, que solía correr con unos compañeros de trabajo cuando viajaban al interior. Varias veces corrían por el costado de la ruta y los camiones y coches, que no iban a la velocidad que van a hora, les gritaban "locos" y demás epítetos.

La cuestión es que que hoy estoy parado acá, en la largada de la Maratón de Buenos Aires (42K). Me entrené durante un año para esto. Hice más de 1300 kilómetros (incluso con una fascitis plantar en noviembre y luego en enero y febrero, que me retraso un poco en mis objetivos). Corro desde hace años. Por lo menos 8 años de este modo tan comprometido, aunque mis corridas se remontan a los años 80´s en tercer y cuarto año de la secundaria. Pero, la verdad es que nunca me había propuesto prepararme para una maratón. Eso sucedió de a poco. Claro, la euforia colectiva por el running hizo lo suyo. Primero fue superar los rutinarios 5K que realicé durante años  dando vuelta al hipódromo de San Isidro, mejorando la velocidad día a día, semana tras semana. Luego fuí por los 10K, lo cual implicaba hacer la vuelta larga del hipódromo y, alguna que otra vez, dar dos vueltas al circuito corto. Y, con el tiempo, me atreví a hacer de vez en cuando 15K. Hasta entonces había corrido carreras de 8K y 10K sin ningún problema.

El punto de quiebre se produjo cuando me mudé al bajo de San Isidro. Ahí sentí que era posible ponerme el objetivo de los 42K, Me puse a correr por esa cinta asfáltica que bordea al tren de la costa diariamente. Se hizo rutina correr 13K diarios alternándolos con 8K. Cada dos semanas me lanzaba unos 19K, y si había tiempo y un poco de energía, iba hasta los 21K o 23K. Corría a buen ritmo de San Fernando a Olivos, sin problema. Luego bajaba a 12K y a 8K y repetía la rutina. Fui subiendo mi estándar a tal punto que los 5K diarios que solía hacer como media, ya me parecían un refrigerio de medio mañana. Muchos tuvieron que ver con estos incrementos. El primer incremento lo hice por un aliento desde México, cundo alguna vez Igor Viveros me dijo por Twitter: "Che, vé ahora por los 10K".

El ultimo tiempo, hace unos 5 meses aproximdamente, o unos 600 km atrás, mejoré en elongación. Y eso fue producto de mi unión a Corredores Urbanos. Por mis horarios solo los veía una vez por semana. Mientras tanto, los demás días, corría solo. Me encontré con personas que tenian varias 42K encima. Y si bien ya habían evolucionado al cross-country, no escatimaron en darme tips para el asfalto.

Y así fue que llegué hasta aquí. Pienso en todas las indicaciones que me dio Marcelo, mi entrenador. Estoy parado nervioso, tratando de evitar contracturarme por los nervios y la ansiedad, justo antes de salir. No puedo dejar de pensar en los más de 1300K que corrí con el objetivo en la cabeza. ¿Podré correr estos 42K que tengo por delante? Suena la chicharra. Me digo: "Guardate, son 42... acordate que después vas a necesitar la fuerza". Tardamos en arrancar. La felicidad y la emoción se contagia. Hay una energía positiva que se siente. Largamos!

1 comentario:

  1. hace unas semanas... con una fascitis que me está matando la cabeza... me propuse no ponerme techo... gracias por compartir ese momento! y a ver a dónde llegamos!
    Cariños
    Vale

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