lunes, 23 de octubre de 2017

Hegemonia, Bipartidismo y fallos de coordinación en las provincias

Las elecciones de medio termino de este domingo 22 de octubre nos dejan muchas cuestiones para analizar: hacer algunas proyecciones, construir escenarios de mediano plazo, interpretar el significado de esta elección, entre otras cosas. Las dejo para más adelante y, en estos días, en algún que otro artículo de diario le dedicaré alunas lineas. Pero con los datos del escrutinio provisorio, quisiera ver como queda la foto de los sistemas de partidos provinciales. 

En primer lugar, entiendo por partido a la etiqueta que presenta candidatos. Así de sencillo. Es decir, cada lista cuenta como un partido, independientemente de su organización, estabilidad en el tiempo o ideología. Dejo para otra ocasión si efectivamente lo son o no, si se trata de alianzas o coaliciones o, más fundamentalmente, si lo que existen son realmente partidos etc.. Dicho esto, para hacer una análisis clínico de los sistemas de partidos provinciales, tomo dos variables clásicas. La primer variable es el margen de victoria, o la diferencia entre el partido más votado y el segundo partido más votado. Cuanto mayor es la diferencias entre el primero y el segundo, más grande es el margen de victoria. Cuanto menos es la diferencia entre el primero y el segundo, más apretada es la elección: i.e. más reñida. 

La segunda variable es el número efectivo de partidos, es decir: el número de partidos que compitieron ponderado por sus tamaños. Al respecto existen indices que nos ayudan a contar a los partidos. No todos cuentan igual. Según la cantidad de votos de cada partido, el sistema está mas o menos fragmentado. Es decir, el electorado reparte sus votos entre unas pocas alternativas (las concentra en una, o las divide en dos) o bien las reparte entre muchas alternativas. Cuanto menos partidos reciban votos, menos partidos partidos habrá según el índice, independientemente de cuantos esten anotados para competir (es decir, hayan superado las PASO). Cuanto más se reparta el voto, más partidos efectivos habrá. Al haber mucha variabilidad en las diferencias entre primeros y segundos, no utilizaré el tradicional indice de Laakso y Taagepera (1979), muy usado en la disciplina, sino el de Molinar Horcasitas (1991). Al respecto hay mucha bibliografía (yo mismo desarrollé una discusión sobre ambos indices en La Estrategia Dominante, Teseo 2011) que puede consultarse. El indice de Molinar estima el numero de partidos efectivos, pero ponderando el peso de los partidos opositores adicionales al partido más votado. A continuación presento el gráfico que identifica a cada provincia de acuerdo a los resultados de la elección en función del margen de victoria y el numero efectivo de partidos. 




Reparto de provincias. Se puede apreciar primero, los triunfos de cambiemos en amarillo/naranja (14 provincias). En segundo lugar en azulceleste, los triunfos de las diferentes listas que expresaban alineamiento a CFK que, para sintetizar, las rubrico como Unidad Ciudadana (6 provincias, segun mis cuentas). Y las provincias en verde, a las que identifico como PJ, en las que ganaron las listas de candidatos Justicialistas no alineados a UC (3 provincias). Desde luego, la asignación de una lista a un bloque u otro puede ser materia de discusión. Por ultimo, figura arriba Santiago del Estero, donde se impuso el Frente Cívico (otrora Radical K). En general, Cambiemos a reconfigurado el mapa territorial electoral de Argentina. Aun falta convertir esos triunfos legislativos en 2019 en gobierno provincial, pero en principio se ha instalado como "marca" o partido nacional a lo largo y a lo ancho.

Margen de Victoria. En muchas provincias las elecciones fueron reñidas. En 10 provincias el margen de victoria fue inferior a los 10 puntos porcentuales, siendo las más reñidas La Pampa, La Rioja y Tierra del Fuego (inferior al punto porcentual).  En algunas otras provincias, la diferencia entre el primero y el segundo es muy amplia: en Santiago del Estero el FC de Zamora se impone por circa 50 puntos porcentuales a su inmediato competidor. Cambiemos gana con diferencia circa 30 puntos en Jujuy, Corrientes y CABA, En Formosa y San Juan los gobernadores Justicialistas, Gildo Insfran y Sergio Uñac respectivamente, triunfan con mas de 20 puntos respecto de sus adversarios, al igual que en Mendoza lo  hace Cambiemos por similar diferencia. En las otras 7 provincias, las diferencias están entre 10 y 20 puntos. De modo que tenemos 10 provincias reñidas, 7 u 8 con diferencias moderadas y 6 con margenes cuasi no competitivos (es decir, el segundo muy lejos del primero). Esta diferencia cuasi no competitiva que solía asignarse exclusivamente a los gobernadores peronistas, se observa en provincias "cambiemitas". Seguramente, habrá ahí algo para decir sobre la calidad competitiva de esos distritos. En especial CABA!

Numero de Partidos o Etiquetas. En general, hay una fuerte relación entre el margen de victoria y el número de partidos. Cuando mas grande es el margen de victoria, más concentrado el voto y en consecuencia menos partidos efectivos. Cuanto más reñido el resultado, al menos dos partidos se reparten los votos. Lo que observamos es que  entre 10 y 20 puntos de MV los sistemas tienden a ser de dos partidos u opciones (bipartidistas, digamos), que por lo general comprenden a Cambiemos enfrentado a UC o al PJ. En muchas de estas provincias, si bien la dirigencia peronista no coordinó en una sola lista o PASO para dirimir la candidatura (como si fue el caso de CABA, Santa Fe o Tucumán) el electorado, finalmente, favoreció a una u otra de esas dos alternativas para enfrentar a la unidad "cambiemita", es el caso de la Provincia de Buenos Aires.  En 9 provincias ganó alguna versión de UC o PJ, en 15 perdieron. Pero allí donde solo una de estas alternativas compitió contra Cambiemos, las elecciones fueron competitivas y reñidas (con excepción de CABA).

Hay cuatro casos (Chubut, Nequen, Salta y Tierra de Fuego) donde la fragmentación del electorado produce que los partidos efectivos sean mayores que 3. En una primera impresión, esa fragmentación parece deberse a los fallos de coordinación tanto a nivel de la dirigencia de UC y PJ, como a nivel del electorado que dividió sus votos en proporciones similares entre ambas alternativas (Salta es un ejemplo claro de ello). El caso de Neuquén, se debe a la adicional presencia del Movimiento Popular Neuquino (que llegó en tercer lugar, por cierto).

Finalmente, los casos de  Jujuy, Corrientes y CABA parecieran tener la forma de un sistema de partido predominante. El numero de partidos es de 1.5, indicando algo así como la existencia de una gran fuerza y ausencia de una alternativa competitiva o, leyendo literalmente el indice, la existencia de una mitad de alternativa. Por ultimo, los resultados en Santiago del Estero parecen avizorar la existencia de un único competidor exclusivo.

Conclusión. Con la salvedad que esta descripción es solo una foto transversal y no la película longitudinal de la evolución de los sistemas de partidos (o listas) provinciales, así las cosas, podemos observar por un lado, tendencias hacia la hegemonía partidaria (Santiago del Estero, CABA, Jujuy y Corrientes); por el otro, tendencias hacia un bipartidismo o competencia entre dos, en la mayoría de las provincias. Finalmente, algunos fallos de coordinación a nivel dirigencia y electorado como en Salta, Neuquén, Tierra del Fuego y Chubut, que posiblemente se corrijan en el mediano plazo, han producido momentáneamente sistemas multipartidistas fragmentados. La agregación de estas especificidades provinciales es la gran clave nacional. Cambiemos se agrega nacionalmente y emerge como la oferta nacional transversal y longitudinal. La gran cuestión es si el espacio comprendido entre UC, PJ y 1País, podrán avanzar hacia una reunificación, reorganización y renovación nacional, o permanecerán como fuerzas diferentes y alternativas a Cambiemos pero solo en el ámbito provincial

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